En 1851 se previno una concentración simbólica que se denominó "coto redondo", donde el gran maestre de las Ordenes Militares continuaría actuando de acuerdo con lo que estipulaban las Constituciones Pontificias. Con esto se pretendía el reconocimiento de la labor benefactora de las Ordenes, y a la vez, salvarlas del olvido. Pero, en opinión de Pío IX, el Gobierno se adelanta suprimiendo a su arbitrio las cuatro Ordenes, y con ellas el Tribunal Especial, con competencias de administración eclesiástica; con lo que se privaba a los fieles de todo el régimen eclesiástico.
La Iglesia actúa de forma inmediata en la defensa de sus intereses. Pío IX se pronuncia:
"Nos, de motu propio, de ciencia cierta, y con plenitud de nuestra potestad apostólica, en ejecución del Concordato, y por medio de estas letras, decretamos la supresión y abolición de la jurisdicción eclesiástica de los territorios pertenecientes a dichas Ordenes Militares juntamente con todos los indultos, privile…
La Iglesia actúa de forma inmediata en la defensa de sus intereses. Pío IX se pronuncia:
"Nos, de motu propio, de ciencia cierta, y con plenitud de nuestra potestad apostólica, en ejecución del Concordato, y por medio de estas letras, decretamos la supresión y abolición de la jurisdicción eclesiástica de los territorios pertenecientes a dichas Ordenes Militares juntamente con todos los indultos, privile…