Hablando de pericia caligráfica: Definiciones de la grafía según sus elementos II
Segunda parte del artículo de María del Carmen Calderón “Definiciones de la grafía según sus elementos” sobre las características de la escritura
Etimológicamente el termino Grafotecnia
viene de “graphein”, que significa escribir, y “tékhnee”, que se traduce
por arte, habilidad y destreza. Con lo cual podemos entender que el
concepto Grafotecnia pretende definir o referirse al manejo de las
escrituras, extendiéndose también a la identificación, al cotejo y a la
determinación de supuestas falsificaciones como positivas o negativas.
El término se definiría pues como el estudio de la autenticidad del
grafismo para resolver los interrogantes o problema de una documentación
controvertida
La grafía presenta diversas características en función de su proporcionalidad
Diremos que una grafía es alta cuando su
anchura sea inferior al 80 por 100 de la altura de la caja de renglón;
si las letras se tocan dará sensación de grafía “amontonada”, pero si
existe anchura entre los trazos y esta es superior al 80 % de la altura
de la caja de renglón estaremos ante una letra “ancha”.
Un texto presenta a la vista una
escritura “apretada” si ésta tiene una separación entre los grafemas
menor que la anchura de los óvalos; si la letra tiene hampas “bajas”
también se la denomina “ancha”; y cuando la altura letras sobresalientes
altas sea superior al normal estaremos ante una grafía “encumbrada”,
que muy posiblemente añadirá características como “estrecha” o “alta”;
mientras que si la grafía aparece apretada y con espacios breves entre
líneas, se dirá que es “concentrada”.
Cuando se cruzan los trazos de las
líneas contiguas el texto dará impresión de poca claridad y a esta
escritura podremos llamarla “confusa” o “enmarañada”.
Cuando las jambas tienen una longitud
superior al normal la grafía se denominará como “enraizada”; y cuando
las hampas sean inferior a la normal la grafía se denominará “rebajada”.
Un cuerpo de escritura también se puede estudiar
desde el punto de vista del orden, teniendo en cuenta su regularidad y
su presentación que le da una mayor o menor belleza. Así, sabremos que
las formas peculiares se consideran “antimodelo”, las formas caprichosas
se tildarán de “artificaiales”; cuando es aplicada y siguiendo un
modelo se considerará escritura “caligráfica”, que podrá ser “clara, si
cada letra es legible separadamente; o “cuidada”, cuando está bien
puntuada, cuida los márgenes y tiene encabezamientos cuidados. El punto
opuesto a lo mencionado es la incoherencia y la desorganización,
entonces el producto será una escritura “desordenada”.
A veces aparecen formas excesivas, por ejemplo
abundancia de rasgos en zona alta propios de una escritura “exuberante”,
o exageración en los volúmenes de algunas letras, que se presentan
“infladas”.
Una buena separación entre los grafemas de palabras y
renglones determinará una grafía “legible”, pero si las letras
separadamente son ilegibles estaremos ante una grafía “oscura”.
Sucede con frecuencia que al autor le guste retocar,
tildar o aclarar, de forma especial las distintas letras que componen un
cuerpo de escritura apareciendo así la escritura “retocada” cuando el
autor pretende precisar más su pensamiento mediante retoques
aclaratorios.
Mientras que algunos son partidarios de letra
“solemne” que se presenta con trazos grandes, gruesos, proyectándose de
forma erguida o vertical; otros individuos prefieren la escritura
“tipográfica” escribiendo a semejanza de la letra de imprenta; que
también se denomina así si verdaderamente es una escritura tipográfica
no manual.
Desde el punto de vista de la continuidad, cuando un
autor se expresa mediante su grafía de forma persistente en sus
características propias estaremos ante una grafía “continua” o también
“homogénea”; mientras que si el texto muestra el contrario efecto la
escritura podrá denominarse “discontinua” y/ o “heterogénea”.
Por su aspecto general, fisionomía o fisonomía, una
grafía puede ser “artificiosa” según Val Latierro, siendo caligráfica,
caligrafiada, tipográfica, izquierda. Puede ser “dinamogeniada” cuando
sea grande, amplia, ascendente; “sospechosa”, si es izquierda,
siniestra, lenta, retocada, temblorosa o, titubeante; y “espontánea”
cuando las características de la anterior están ausentes.