«La gente
quiere menos contenido, no más». Con estas
palabras de
Steve Rosenbaum se podría resumir el papel del
content
curator , una figura de reciente aparición —la primera
referencia
se produce en 2009— que cobra vida en un contex
-to de
sobreabundancia de información propiciado por la web
social y por
la necesidad de escuchar lo que se dice de una
marca o
sobre un tema en un entorno en el que las fuentes de
información
están hiper-fragmentadas. Su función no es otra
que la de
dar valor y publicar contenidos previamente selec
-cionados
sobre un tema.
Sobre esta
figura y la labor que desempeña trata el libro de
Javier
Guallar y Javier Leiva-Aguilera El content curator. Guía
básica para
el nuevo profesional de internet, que tiene el honor
de ser el
primer libro en español sobre el tema. Este texto su
-pone una
interesante aportación en el panorama bibliográfico
no sólo por
la novedad del asunto y su especial interés en el
ámbito de la
Documentación, como se podrá apreciar más ade
-lante, sino
también porque aporta el marco conceptual, la me
-todología y
las herramientas básicas para la content curation
y constituye
así el único manual de referencia en este momento.
Teoría y
práctica se equilibran a la perfección en dos grandes
apartados.
En el primero de ellos se introduce la figura del
content
curator y el contexto en el que surge, así como el punto de
vista de
diferentes especialistas en el tema. Con gran delicadeza
y precisión
se logra definir a pequeñas pinceladas qué es la
content
curation y también lo que no es, consiguiendo diferenciarla
de procesos
como la agregación, la difusión selectiva de la in
-formación o
la recomendación social.
Los autores
no evitan en ningún momento aspectos espi
-nosos y,
ante ellos, adoptan soluciones prácticas. Es lo que
sucede con
el asunto de la terminología, especialmente con
-trovertido
en su traducción al español, puesto que no se ha
encontrado
una solución satisfactoria para todos. En este sen
-tido,
Guallar y Leiva-Aguilera han preferido adoptar el mismo
término que
en inglés, no sin antes explicar las propuestas
existentes,
sus pros y sus contras.
Otro aspecto
que ha suscitado debate es la asimilación de
este campo
por parte de diferentes áreas profesionales, como
la
Documentación, el Marketing o la Comunicación. Desde el
ámbito de la
Documentación se han oído voces que comparan
a content
curation con el trabajo tradicional del
documentalis
-ta, por lo
que niegan la existencia de una nueva especialización
y consideran
que es más adecuado asimilarla. Lo cierto es que
la content
curation, como explican Guallar y Leiva-Aguilera, se
produce en
un nuevo contexto y requiere de tareas y habilida
-des
adicionales propias de la Comunicación y, en algunos casos,
del
Marketing o incluso de la Inteligencia competitiva.
En la
segunda parte del libro, de carácter eminentemen
-te
práctico, los autores desarrollan una metodología propia
que
denominan 4S, debido a que comprende cuatro fases:
search, select,sense making, share(búsqueda, selección, ca
-racterización
y difusión). Su punto de partida está en el mé
-todo de las
3S, propuesto por Beth Kanter, al que añaden la
fase de
selección. A esas cuatro fases los autores añaden dos
más: una
previa, de diseño y planificación, y otra posterior
de
evaluación o análisis.
Se
estructura así la parte práctica como un proceso informa
-tivo en el
que la labor humana resulta indispensable. Y es que,
aunque los
procesos de búsqueda y publicación de información
puedan ser
automatizados en parte, sólo las personas tienen la
capacidad de
seleccionar en función de unos criterios preesta
-blecidos y
de darles un valor añadido.
Cabe
destacar en este apartado la amplia exposición de he
-rramientas
de utilidad para la content curation, clasificadas se
-gún la fase
—o las fases— en la que sirven de apoyo. Paper.li,
Storify, Pinterest, Pocket, Flipboard, Google Alerts o Twitter son
algunas de
ellas. La mayoría funciona a través de la web y son
gratuitas,
por lo tanto asequibles para cualquiera. En el texto se
explica su
utilidad, sus puntos fuertes y debilidades y su uso de
forma
bastante detallada.
Cada una de
estas herramientas pueden ser de utilidad por
sí solas
para cualquier documentalista, gestor de comunidades
en línea y
para internautas, independientemente de si desem
-peñan o no
tareas propias de un content curator. Es por eso que
este libro
tiene un interés más allá del área que trata, también
por su
lenguaje sencillo y por la forma de explicar unos conteni
-dos
asequibles para cualquier internauta, y puede ser recomen
-dable
incluso para los usuarios de bibliotecas.
El lector
también encontrará en la segunda parte una des
-cripción y
pautas detalladas sobre cada fase, que tienen como
objetivo
guiar durante el proceso de content curation
y que son fruto
de la reconocida experiencia profesional de los autores.
Esto le
convierte en un texto muy completo a pesar de su corta
extensión,
de 162 páginas. La obra finaliza con un epílogo y se
completa con
una extensa bibliografía.
En
definitiva, El content curator es un título imprescindible y
muy
asequible para todos aquellos estudiantes y profesionales
que deseen
entender y asimilar los procesos de información en
la web
actual. Si en los inicios de internet el papel de los docu
-mentalistas
estaba en organizar la información, en la segunda
década del
siglo XXI la content curation pone de manifiesto la
necesidad de
profesionales que separen el grano de la paja y lo
doten de
valor.
Natalia
Arroyo-Vázquez
Fundación
Germán Sánchez Ruipérez
Revista
Española de Documentación Científica
37(2),
abril-junio 2014, e051
ISSN-L:0210-0614
http://redc.revistas.csic.es
El content
curator. Guía básica para el nuevo
profesional
de internet
Javier
Guallar, Javier Leiva-Aguilera
Barcelona:
Editorial UOC, 2013. (El profesional de la información: 24). ISBN
978-84-9064-018-0