En fases iniciales un síntoma fundamental del Alzheimer viene a ser la dificultad para adquirir recuerdos nuevos y aprender. Pero los pacientes, a pesar de sobrellevar un cuadro significativo demencial, sí pueden preservar muchas de sus capacidades y de sus conocimientos que fueron aprendidos años antes al inicio de la enfermedad.
El alzheimer supone una memoria o la preservación del aprendizaje retrógrado y amnesia anterograda posterior al trastorno.
Con el avance de la enfermedad estas habilidades y estos conocimientos se perderán, pero puede ser que pase tiempo y que el paciente sufra un deterioro paulatino a lo largo de mucho tiempo, muchos años.
La firma es de lo último que permanece.
Para un perito calígrafo saber si la persona autora de la grafía que estudia padece una enfermedad cognitiva diferencial es complicado porque es perito calígrafo, no neurólogo o psiquiatra.
La persona anciana se verá afectada por diversas patologías que afectan a la escritura y que pueden parecer síntomas de una disfunción cognitiva, tales serían los casos de:
- la artrosis que afecta a las extremidades superiores o afectación del sistema nervioso periférico, cuando se padece esta patología se genera una importante disfunción gráfica,
- la miopía,
- el astigmatismo,
- los temblores, etc.
La grafái de la firma es de lo último en deteriorarse por la práctica de que ha sido objeto, por su automatismo. Su continuo uso promueve un grado mayor de subcorticalización con respecto a los textos escritos.
Lo proceddente en estos casos ( y siempre) es disponer de varias firmas y de algún cuerpo de escritura (texto escrito), para hacer una valoración de las siguientes capacidades:
- Escribir un texto libremente sin modelo, una redacción libre.
- Escribir un texto dictado.
- Copiar un texto escrito.
- Firmar varias veces.
En los estadios iniciales especialmente del deterioro senil presenta gran dificultad evaluar el deterioro cognoscitivo con solo una firma y sin auxiliarse de otras escrituras.
Según la historiografía para estos casos, en un caso concreto tipo alzheimer, lo primero que se pierde como habilidad es la A y, la última, la D, habiendo pasado por sucesivas fases que mancan la pérdida de habilidades en forma progresiva.
En la mayoría de los casos los pacientes pueden firmar pero son incapaces casi por completo de escribir un texto dictado o una redacción libre o escribir nombres familiares y usuales, etc (Horner y cols., 1986).
Generalmente el nombre propio del sujeto estará mejor escrito que el primer apellido y éste mejor que el segundo.
Esto es así porque el nombre propio se oye y se escribe con más frecuencia en las correspondenia personal. La mayor familiaridad lleva a una mayor y mejor preservación del nombre que del primer apellido, y de éste con respecto el segundo.
Pero cada sujeto es un mundo y hay que ver, sin generalizar, cada caso individual.