La necrópolis de Saqqara, ubicada cerca de El Cairo y conocida por su riqueza arqueológica, continúa siendo un punto clave para los descubrimientos del antiguo Egipto.
Singularidad
Entre sus hallazgos más singulares se encuentran tres momias datadas entre finales del siglo III y comienzos del IV d.C., en pleno periodo romano tardío, recientemente analizadas por primera vez.
A diferencia de los enterramientos tradicionales en ataúdes, estas momias fueron dispuestas sobre tablones de madera, cubiertas con telas ornamentadas y envueltas en estuco decorado con pan de oro y retratos de cuerpo entero. Se trata de los únicos ejemplares de este tipo encontrados en Saqqara.
Descubrimiento y traslados
Dos de estas momias fueron descubiertas en 1615 por locales que exploraban una tumba excavada en roca. Poco después, el explorador italiano Pietro Della Valle las adquirió y las trasladó a Roma, donde pasaron a formar parte de su colección personal.
Más adelante, en 1728, fueron integradas en la colección del rey Augusto II de Polonia en Dresde, convirtiéndose en las primeras momias retratadas conocidas en Europa.
Recientemente, un equipo de arqueólogos alemanes liderado por Stephanie Zesch, del museo Reiss-Engelhorn, ha realizado un estudio detallado mediante tomografía computarizada. Esto permitió examinar los restos sin necesidad de abrir los sarcófagos.
Identificación
Se identificaron los cuerpos de un hombre joven, una mujer de mediana edad y una mujer joven, esta última con órganos internos aún conservados. El análisis también reveló detalles sobre su estado de salud, incluyendo problemas dentales, artritis y otras afecciones óseas.
El hombre adulto tendría entre 25 y 30 años y medía unos 163 cm de alto, la mujer de mediana edad se estima que podría tener entre 30 y 40 años y que medía 1,51 m.; y el estudio de la mujer joven ha revelado que todavía conserva el cerebro y otros órganos.
Estas momias destacan no solo por su estado de conservación y elementos decorativos, sino también por el estatus social que reflejan. La riqueza de los sudarios y el uso de estuco dorado, junto con los motivos tanto grecorromanos como egipcios, sugieren que pertenecían a personas de alto nivel económico.
Durante este período, era común que los sarcófagos permanecieran un tiempo en exposición pública o en los hogares antes del entierro definitivo, como parte de los rituales funerarios.
El estudio, publicado en la revista PLOS ONE, ofrece una nueva mirada al sincretismo cultural y a las prácticas funerarias en Egipto durante la dominación romana, así como al papel que desempeñaron estos restos en la historia de la arqueología europea.
Lo que se conoce de las tres momias hasta el momento
- Origen: Fueron halladas en Saqqara, la gran necrópolis de Menfis, y datan del final del siglo III al inicio del siglo IV d.C., en pleno periodo romano.
- Unicidad: Son únicas porque están envueltas en estuco, una técnica poco común en Saqqara. Incorporan retratos a cuerpo entero sobre el sudario, una mezcla de influencias egipcias y grecorromanas.
- Descubrimiento y traslado: Fueron compradas por Pietro Della Valle en 1615 y llevadas a Roma. Más tarde terminaron en Dresde, Alemania, donde aún se conservan.
- Análisis moderno: Un equipo de arqueólogos alemanes realizó tomografías computarizadas que revelaron datos como la edad y sexo de los individuos, su estado de salud (caries, artritis, lesiones vertebrales), y la presencia de órganos conservados en uno de los cuerpos.
- Interpretación cultural: Se cree que la decoración tenía una función tanto estética como mágica, relacionada con la protección y el renacimiento en la otra vida, lo que también sugiere que los difuntos pertenecían a una clase alta.