La Visita pastoral: visitador, ceremonial, objetivos y metodología.
Pasado Trento, la práctica de la visita quedó regulada en las Constituciones Sinodales de 1604 aunque posteriormente aparecerán nuevas disposiciones. Además de las Sinodales y el Concilio de Trento, el visitador habría de llevar el título o despacho; título de notario y de contador; itinerarios de visita; edicto de pecados públicos; los mandatos de la visita anterior; los títulos de nombramientos; un libro de actas de todas las actuaciones y declaraciones. Y sobre todo, se esmeraría en poner “especial cuidado en la guarda y custodia de los papeles...” para que “con más eficacia y estimazión se cumpla con el empleo”.
El ceremonial de la visita comienza convocando al pueblo y clérigos, se predica y explica la finalidad de la visita, procurando captar atención y colaboración. El edicto monitorio general suele requerir que los eclesiásticos, en sus sacrificios, oraciones y ejercicios espirituales, pidan a Dios el acierto en tan magno negocio.
Para dar solemnidad la visita se publica con repique de campanas; el visitador es recibido a las puertas de la iglesia con la mayor solemnidad, entonando cantos y responsorios; el párroco le entrega el aspersorio del agua bendita y se adora la cruz, preparada previamente en el altar, que guiará la procesión hasta el presbiterio, con el vicario bajo palio acompañado por las antífonas, sacerdox y pontifex que entona el clero; seguidamente ocupa la presidencia en el presbiterio y, desde el púlpito, se lee el edicto de visita y comienza misa solemne.
El ceremonial nos habla de los objetivos: se anuncia, se informa, se intenta captar atención y colaboración, seguidamente se procede con la inspección material y espiritual. Se visita el templo, y tras la lectura del edicto de pecados públicos,se hace la procesión de ánimas; se administran los sacramentos, y se interrogaba de forma pública y privada, tomandose declaración jurada a algunos sujetos que actúan como testigos y que habrían de responder a cuestionarios mediante los que se investigaba la vida de clérigos y laicos, moralidad y cumplimiento de deberes.
Claramente vemos diferenciarse dos partes dentro de la Visita, la"Visitatio rerum" y la"Visitatio Hominum", la primera se ocupa de la iglesia y sus dependencias, edificio, decoración, muebles, archivo, osario, baptisterio, economía, fundaciones y obras pías, conventos, hospitales, hospicios. La segunda, incide sobre las conductas humanas. Se inspecciona la economía parroquial y se toman cuentas de hermandades, fundaciones y obras pías. Y, además de la parroquial, se visitan las demás iglesias, ermitas, conventos, hospitales, hospicios, colegios, universidades. Tras la inspección el visitador debía aconsejar, corregir o castigar las transgresiones a la ley de Dios y a la moral coleciva por medio de los "mandatos", instrumentos de control y dirección de la diócesis para mejorar la vida parroquial y la atención pastoral a los fieles; para ellos en ocasiones serán necesarias la instrucción y reforma del clero. Todo se examina y nada escapa a los ojos e inteligencia del prelado y del visitador que obtendrán un conocimiento directo, material y espiritual de la diócesis.