Criterio (iv). El Sitio de los Dólmenes de Antequera constituye un excelente ejemplo de un conjunto monumental megalítico compuesto de tres monumentos megalíticos (los dólmenes de Menga y Viera y el tholos de El Romeral) que son reflejo de una etapa de la historia de la humanidad en la que se construyeron los primeros monumentos ceremoniales en Europa occidental. Los tres tipos diferentes de arquitectura megalítica que se aprecian en el conjunto dolménico, representativos de las dos grandes tradiciones megalíticas de la Península Ibérica (arquitectura adintelada en el caso de Menga y Viera y la arquitectura de techos de falsa cúpula de El Romeral) y la singular relación entre los dólmenes y el entorno paisajístico de Antequera (los tres monumentos megalíticos están enterrados bajo túmulos de tierra y dos megalitos están orientados hacia los monumentos naturales de La Peña de los Enamorados y El Torcal) ponen de manifiesto la originalidad de este bien, sin lugar a dudas una de las expresiones del megalitismo más importantes a nivel mundial.
El conjunto de estudios que se ha realizado es concluyente y unánime
sobre la vinculación de los monumentos a la época mencionada y la autenticidad
de las piedras que han servido para construir las cámaras y de la zona donde se
sitúan los túmulos. La forma y concepción de cada una de las tres tumbas no se
han modificado a pesar de las necesarias reparaciones del material y de algunas
operaciones de protección. Todos los elementos del bien presentan un genius
loci extraordinario (sentido y espíritu del lugar). La autenticidad de cada
uno de los elementos de esta serie es indiscutible. Además, la coexistencia en
Antequera de las dos grandes tradiciones megalíticas de la península ibérica y
de Europa occidental ha quedado acreditada: la tradición neolítica de las
estructuras con dinteles y la tradición calcolítica de las cámaras con falsas
cúpulas.