Las distintas tendencias historiográficas de la Historia del Arte, a lo largo de la Historia han variado el objetivo a valorar como más importante a la hora de valorar la obra artística.
El Formalismo es la primera de las grandes corrientes historiográficas en la Historia del Arte y se impone a finales del siglo XIX. Defiende el arte como forma, frente a las anteriores tendencias idealistas que concebían la obra de arte como una experiencia sentimental. Para los formalistas el arte sólo se da a través de una forma. Sus principales valedores serían los miembros de la Escuela de Viena, como Riegl o Wölfflin, y Focillon en Francia.
Entre los siglos XIX y XX, se desarrollan la Iconografía y la Iconología, en oposición al Positivismo y al Formalismo imperantes. Su principal objetivo es el significado de la obra de arte. La primera se ocupa del estudio del origen y desarrollo de temas figurados que aparecen en las obras. La segunda se ocupa de penetrar en su significado. Sin excluir el apartado formal, se trata de establecer en el análisis de cada obra tres niveles a estudiar:
.-identificar lo representado por medio de una descripción de los elementos que la integran, lo que sería una descripción preiconográfica.
.-identificar el tema y sus valores ya simbólicos ya alegóricos, analizando su origen y su variación a lo largo de la Historia, es lo que sería análisis iconográfico
.-identificar el significado, ideas o valores que el autor trata de transmitir, es lo que sería el análisis iconológico. Sus principales representantes van a ser E. Panofsky, E. Gombrich y R. Wittkower.
Desde el Materialismo Histórico, desde el Marxismo, se vincula la obra de arte con la estructura económica, social, cultural, política… dando lugar a lo que se ha llamado Sociología del Arte, cuyos miembros más conocidos son A. Hauser y P. Francastel. La obra de arte surge en el seno de un contexto histórico, por lo que hay que tener en cuenta las circunstancias que la hicieron posible entonces para poder entenderla completamente en la actualidad: el mecenas, el público al que iba dirigida, las circunstancias históricas y políticas en las que se engendró, la ideología predominante donde y cuando fue creada, su posible intención propagandística, etc.
Posteriormente surgen nuevas corrientes, como la Psicología del Arte, que derivaría en dos tendencias: la que incide en la psicología del autor, que explica la obra de arte a partir del carácter, inspiración o avatares vitales del artista, corriente representada R. Huygue; y la que se preocupa de la psicología del receptor representada por R. Arnheim y su “Teoría de la percepción”.
El Estructuralismo jugará un papel importante en la interpretación del arte, distinguiendo entre significante (la parte material, la obra en sí) y significado (su aportación temática). Destacan W. Benjamín, Mukarovsky y N. Goodman. Cada corriente historiográficas ha realizado importantes aportaciones, cada una de ellas ha contribuido a enriquecer el análisis de la obra de arte.
Palabras clave: Teoría, Arte, Historia del Arte, evolución, iconografía, iconología, Sociología, Psicología, Estructuralismo.