Imagen diseñada a través de IA La necrópolis de Saqqara, ubicada cerca de El Cairo y conocida por su riqueza arqueológica, continúa siendo un punto clave para los descubrimientos del antiguo Egipto. Singularidad Entre sus hallazgos más singulares se encuentran tres momias datadas entre finales del siglo III y comienzos del IV d.C., en pleno periodo romano tardío, recientemente analizadas por primera vez. A diferencia de los enterramientos tradicionales en ataúdes, estas momias fueron dispuestas sobre tablones de madera, cubiertas con telas ornamentadas y envueltas en estuco decorado con pan de oro y retratos de cuerpo entero. Se trata de los únicos ejemplares de este tipo encontrados en Saqqara. Descubrimiento y traslados Dos de estas momias fueron descubiertas en 1615 por locales que exploraban una tumba excavada en roca. Poco después, el explorador italiano Pietro Della Valle las adquirió y las trasladó a Roma, donde pasaron a formar parte de su co...

Su vida está llena de anécdotas que se recuerdan en la Historia y en la leyenda contada por tradición oral de generaciónen generació.
La prensa se hacía eco del suceso:
"El domingo, a mediodía, sin más aparato que una escolta, fueron llevados a la Catedral los restos del rey don Pedro y los de su hijo don Juan. Las aflictivas circunstancias porque atraviesa Sevilla no han permitido otra cosa".
Las "aflictivas circunstancias" a las que se refiere la prensa es la riada que asoló Sevilla en aquellos días. Se cumplía de este modo la voluntad del monarca tal y como había dejado dispuesto en su testamento:
"Primerament mi alma a Dios, e quando finamiento de mi acaescer mando que el mi cuerpo sea traido a Sevilla, e que sea enterrado en la capiella nueva que yo agora mando fazer"
"El domingo, a mediodía, sin más aparato que una escolta, fueron llevados a la Catedral los restos del rey don Pedro y los de su hijo don Juan. Las aflictivas circunstancias porque atraviesa Sevilla no han permitido otra cosa".
Las "aflictivas circunstancias" a las que se refiere la prensa es la riada que asoló Sevilla en aquellos días. Se cumplía de este modo la voluntad del monarca tal y como había dejado dispuesto en su testamento:
"Primerament mi alma a Dios, e quando finamiento de mi acaescer mando que el mi cuerpo sea traido a Sevilla, e que sea enterrado en la capiella nueva que yo agora mando fazer"