En el año 700 a.C se inventa el alfabeto. Este momento histórico fue preparado previamente por unos
3.000 años de evolución de tradición oral y comunicación no alfabética
hasta llegar al punto en que la sociedad griega alcanza un nuevo estado mental, lo que se podría llamar «la mente
alfabética», que fue el punto de partida de la transformación en comunicación
humana.
La transformación de la comunicación humana se transforma en tecnológica condimensiones históricas y similares a lo que ocurriría 2.700 años después con la integración de varios modos de
comunicación den tro de una red interactiva. Estamos ante la formación de un
supertexto y un metalenguaje que integran, por vez primera en la historia, en un mismo sistema, las modalidades de comunicación escrita, oral y audiovisual.
La integración potencial del
- texto,
- imágenes y
- sonido
en el mismo
sistema, interactuando desde múltiples puntos, en un tiempo elegido que puede ser real o
demorado y a lo largo de una red
- global,
- con un acceso abierto y
- asequible,
cambia fundamentalmente la forma de comunicación[1].
Este cambio sería de tal envergadura que definiría y
marcaría un tiempo histórico nuevo, un tiempo dominado por las tecnologías
- de la información y
- de la comunicación,
un contexto revolucionario de las dimensiones y efectos que tuviese la Revolución industrial del siglo XVIII. Señalaba Castells que la
tecnología de la información es a esta revolución lo que las nuevas fuentes de
energía fueron a las sucesivas revoluciones industriales, el motor de vapor a
los combustibles fósiles e incluso a la energía nuclear, ya que la generación y
distribución de energía fue el elemento clave subyacente en la sociedad
industrial[2].
La revolución
tecnológica en nuestros días se desarrolla con vertiginosa velocidad.
En 1946 nace en Filadelfia el primer ordenador electrónico, su peso era de treinta toneladas, 30 Tm; y ocupaba la superficie de un gimnasio, con extraordinario consumo
eléctrico tal magnitud que la red eléctrica de
Filadelfia titilaba cuando se encendía.
En apenas veinte años, el impacto sobre
- la economía,
- la cultura y
- la sociedad de las tecnologías de la información
ha sido de tal
magnitud que ha terminado por definir claramente una nueva era.
La mayoría de los países occidentales vieron cómo el
sector industrial, en gran medida responsable de la riqueza acumulada
desde el siglo XIX, fue perdiendo peso en el PIB, en el Producto Interior Bruto, en
comparación con el sector servicios, el relacionado con las nuevas
tecnologías básicamente.
En un contexto de cambio acelerado, Internet
constituye un notable entorno tecnológico de rápido
crecimiento. Tanto en lo que se refiere
- al número de servidores en la Red como
- al número de personas que tienen acceso a la Red de redes,
el crecimiento ha sido sorprendentemente acelerado.
En España, y según cifras de la Asociación para la
Investigación de los Medios de Comunicación, había en 1997 más de un millón de
personas con acceso a Internet[3].
[1] CATELLS,
Manuel.: La era de la información. Economía, sociedad y cultura. Vol1. La
sociedad red. Madrid : Alianza Editorial, 1999, p. 360
[2] CASTELLS,
Manuel. Op. Cit, p.57
[3] CORNELLA,
Alfons. La cultura de la información previa a la Sociedad de la Información,
en Anuari
Socadi de Documentació i Informació. Barcelona: SOCADI, 1998].[Un artículo muy
interesante para evaluar el peso del Sector de la Información en el conjunto de
la economía española, es el de CLARET, Xavier. Hacia la definición del sector
información en España, en Anuari Socadi de Documentació i Informació.
Barcelona: SOCADI, 1998 p. 31-38