El
Derecho comunitario es un sistema jurídico independiente, que prevalece sobre
las disposiciones jurídicas nacionales.
Hay una
serie de actores clave que participan en el proceso de aplicar, controlar y
seguir desarrollando este sistema jurídico, para lo cual se utilizan diversos
tipos de procedimiento.
En general, el Derecho de la UE se compone de tres
tipos de legislación distintos, pero dependientes unos de otros:
Derecho Primario. El
Derecho primario incluye, en particular, los Tratados y otros acuerdos que
tienen una categoría similar. El Derecho primario se deriva de acuerdos
negociados directamente entre gobiernos de los Estados miembros. Estos
acuerdos se redactan en forma de Tratados, que, posteriormente, son ratificados
por los parlamentos nacionales.
El mismo procedimiento se aplica para cualquier
modificación posterior de los Tratados.
Los
Tratados constitutivos de las Comunidades Europeas se han revisado en varias
ocasiones, entre otros, mediante los siguientes textos:
- El Acta Única Europea (1987),
- El Tratado de la Unión Europea, llamado "Tratado de Maastricht" (1992),
- El Tratado de Amsterdam (1997), que entró en vigor el 1 de mayo de 1999.
En los
Tratados también se definen las funciones y responsabilidades de las
instituciones y órganos comunitarios que participan en el proceso de toma de
decisiones, así como los procedimientos legislativos, ejecutivos y judiciales
que caracterizan el Derecho comunitario y su aplicación.
Derecho Derivado. El
Derecho derivado se basa en los Tratados y conlleva diversos procedimientos
definidos en varias de sus disposiciones. En el marco de los Tratados
constitutivos de las Comunidades Europeas, el Derecho comunitario puede adoptar
las siguientes formas:
- Reglamentos: son directamente aplicables y obligatorios en todos los Estados miembros de la UE sin necesidad de que se adopten disposiciones de ejecución en la legislación nacional.
- Directivas: obligan a los Estados miembros en cuanto al resultado que deba conseguirse en un determinado plazo de tiempo, dejando, sin embargo, a las autoridades nacionales la elección de la forma y de los medios. Las directivas deben incorporarse a los distintos ordenamientos jurídicos nacionales con arreglo a los procedimientos de cada Estado miembro.
- Decisiones: son obligatorias en todos sus elementos para sus destinatarios. Por lo tanto, las decisiones no requieren legislación nacional para su ejecución. La Decisión puede estar dirigida a uno, varios o todos los Estados miembros, a empresas o a particulares.
- Las recomendaciones y los dictámenes no son vinculantes.
La
jurisprudencia incluye las sentencias del Tribunal de Justicia de las
Comunidades Europeas y del Tribunal de Primera Instancia de las Comunidades
Europeas, por ejemplo, con motivo de recursos interpuestos por la Comisión, por
tribunales nacionales de los Estados miembros o por particulares.
Estos
tipos de legislación constituyen el acervo comunitario.